Alimentarse e hidratarse bien ya es una cuestión de piel

No sé si sabías, pero la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Y, además, se regenera permanentemente. Esta costumbre que tiene la obliga a estar buscando nutrientes todo el tiempo. Cualquier desequilibrio que le provoquemos (falta de nutrientes o exceso de componentes tóxicos) la puede perturbar y mucho.

Por eso lo mejor que podemos hacer por nuestra piel (en realidad, por nuestra salud) es evitar todo lo posible las bebidas y alimentos refinados y procesados. Y, a su vez, aumentar el consumo de agua y alimentos naturales de temporada que aportan gran contenido de vitaminas y minerales.

La estructura de nuestra piel mejora mucho cuando comenzamos a incorporar a nuestra dieta alimentos de baja carga glucémica, esto es legumbres, cereales integrales, verduras y frutas.

También cuando incorporamos alimentos que favorecen la producción de proteínas claves como la elastina o el colágeno, componentes indispensables para mantener la estructura, firmeza y fortaleza de la piel. La elastina también tiene funciones estructurales, pero, a diferencia del colágeno, asegura la elasticidad más que la resistencia. Del mismo modo, tenemos que incorporar ácidos grasos insaturados y las tan famosas vitamina C y vitamina E, que tienen una gran capacidad antioxidante.

Una lista de alimentos para conseguir una buena piel, brillante, elástica e hidratada tiene que tener sí o sí componentes como estos:

Verduras de hoja verde: están repletas de vitaminas, minerales y antioxidantes que protegen las células de la piel y estimulan su crecimiento, lo que permitirá que tu piel no se arrugue ni se dañe. Además, los antioxidantes protegen tu piel contra los rayos de sol.

Pomelo: es rico en licopeno, otro poderoso antioxidante eficaz en la protección de las células y la lucha contra los radicales libres originados por la contaminación y los rayos ultravioletas del sol.

Zanahoria: contiene Vitamina C, lo que ayuda a la producción de colágeno en el cuerpo, una proteína que ayuda a prevenir las arrugas y vuelve más lento el proceso de envejecimiento. Además, tiene vitamina A que también combate los radicales libres y previene el tono de piel “desparejo”.

La importancia del agua

Ya lo decía Valeria Mazza en una publicidad de Villavicencio: “el 70% de nuestro cuerpo es agua”. La ciencia sostiene que es algo menos, pero tratándose de una publicidad de agua dejaremos pasar que algún creativo abra demasiado el grifo.

Sea el porcentaje que fuere, lo cierto es que el agua es indispensable para el funcionamiento de todos nuestros órganos vitales.

Y como -por suerte- nuestro organismo es muy inteligente y está preparado para subsistir, puede que tu piel se resienta. Puede que digas: “Pero Cari ¿eso qué tiene que ver?”.

Pues mira, es tan sencillo que podría entenderlo hasta la hija de Caniggia: si tu cuerpo necesita estar hidratado y vos no bebés suficiente agua ¿sabés que va a pasar? ¡La va a conseguir de alguna manera!

Y como para permanecer vivo necesita mantener cierto nivel de líquido en cada órgano vital -y no entiende nada de age ni de frizz ni de Tinder- no te va a pedir permiso y, de a poco, se irá hidratando con el agua que irá extrayendo de tu piel, tu cabello e incluso tus uñas. Y ahí sí que tu piel se va a poner opaca, reseca y áspera.

Así que grabátelo: comé bien e hidratate.

Sin esto no hay emulsión ni tónico que pueda ayudarte.

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